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Domingo, 24 de noviembre de 2024

Intervención del Presidente Marcelino Iglesias en el foro del Diari Segre

En primer lugar quiero agradecer la invitación del Diari Segre, que en sus 27 años de historia se ha consolidado como un medio consciente de que, ahora más que nunca, la comunicación es un elemento primordial para el buen funcionamiento de las democracias contemporáneas.

El libre ejercicio de la comunicación y la libertad de prensa han sido dos grandes aliados del Estado de Derecho, y canales por donde fluye la convivencia cívica y la diversidad de opiniones.

Pluralidad y convivencia que sólo pueden emerger en democracia. Y la democracia es el nuevo marco en el que, en los últimos tres decenios, se incluyen las relaciones entre Aragón y Catalunya.

Unas relaciones que a lo largo de la historia se han basado en la buena vecindad y en el recuerdo de la gran aventura histórica que compartimos en la Corona de Aragón.

Unas relaciones que han generado una cultura común que ha permanecido hasta nuestros días con independencia del régimen político existente, de las delimitaciones administrativas o de las discrepancias puntuales entre ambos territorios; discrepancias que también han sido frecuentes, como sucede habitualmente entre vecinos.

Las raíces de esas relaciones han sido mucho mas  profundas entre las comarcas vecinas de Huesca y Lleida y se basan en una voluntad individual y colectiva, de unos y de otros. Ha generado que la cooperación entre ambas comunidades haya sido fluida, variada y fructífera, propiciando el desarrollo del territorio y sus gentes.

Uno de los proyectos de más colaboración entre las comarcas de la frontera posiblemente haya sido la construcción y el desarrollo del canal de Aragon y Cataluña. Hace ahora 103 años el Canal  surgió como un elemento que nos ha permitido superar la frontera, compartir proyectos y responder a las necesidades hídricas.

El Canal ha generado un espacio económico de 100.000 hectáreas regables en dos comarcas aragonesas y una catalana; son 26 ayuntamientos de la provincia de Huesca y 15 en la de Lleida.

Esta relación común con el agua nos ha dado excelentes argumentos que nos deben ayudar a recorrer conjuntamente los caminos del futuro. Hemos creado un sistema de regadío extenso, que es uno de los más modernos de Europa y que se encuentra en un constante proceso de renovación y mejora. Un camino que se va a ver reforzado con la construcción del embalse de San Salvador, en la zona regable aragonesa, y que va a suponer un importante apoyo en los momentos de necesidad para todo el sistema en su conjunto.

Ha sido el salto del trabajo individual al trabajo colectivo. Han surgido proyectos cooperativos agrícolas y ganaderos, industrias de transformación, mercados centrales de frutas y verduras, lonjas agropecuarias, mataderos,¿ que han cooperado entre sí y que han generado sinergias para ser más eficientes.

Esto ha supuesto el despegue económico de la zona y el asentamiento de la población; y le convierte en un territorio con un gran presente y un gran futuro si somos capaces de dar respuesta a los retos de una sociedad y de una economía globalizada. Hemos cooperado para desarrollar una importante agroindustria común de la que tenemos magníficos ejemplos y que nos han situado en un mercado agroalimentario cada día más competitivo. En esta línea, debemos animar a nuestras empresas a que colaboren. Porque juntos podemos hacer más cosas y, sobre todo, podemos hacerlas mejor.

Pero también las administraciones tenemos que dar ejemplo, y por ello Gobierno de Aragón y Generalitat de Catalunya tenemos que esforzarnos por reforzar los programas de investigación en el terreno agroalimentario, potenciando la cooperación entre nuestros centros de investigación y nuestras universidades.

Nuestra larga historia común se ha ido traduciendo, poco a poco, en un rico y extenso patrimonio cultural. Un patrimonio vivo, que se mezcla con nuestro paisaje y que confiere a esta zona unas características comunes y singulares como pocos otros territorios poseen.

Un patrimonio vivo, en el que al mismo tiempo se reconoce e identifica a cada uno de  nuestros pueblos, lo que le confiere una gran importancia. Es cierto que en la actualidad, relacionado con el patrimonio, existe un desencuentro que esperamos resolver pronto.

Me refiero al conflicto de los bienes eclesiásticos de las parroquias aragonesas. Un conflicto entre el obispado de Barbastro-Monzón y el obispado de Lleida. Un conflicto interno de la Iglesia en el que nunca debería haber entrado la política.

Durante muchos años, la diócesis de Lleida, realizó una labor de custodia y conservación del patrimonio eclesiástico que incluía numerosas parroquias aragonesas, en aquel momento adscritas a la diócesis catalana. Esa fue una labor de los obispos que no debemos tener ningún empacho en reconocer, porque actuaban en la demarcación de su responsabilidad.

Una vez aprobada por Roma la nueva delimitación, el mismo decreto exige la devolución del patrimonio a las parroquias ahora ya de la diócesis aragonesa. Ante el desacuerdo sobre esta decisión de Roma, han sido los tribunales eclesiásticos los que han dictado sentencia firme, de acuerdo con el Concordato entre España y la Santa Sede.

Nuestra posición es que se cumplan las sentencias del Vaticano y en esa línea apoyamos a la diócesis aragonesa en su reclamación para que se ejecuten las sentencias. En cualquier caso, quiero manifestar que este conflicto de los bienes no debería entorpecer las  buenas relaciones entre nuestros pueblos. Y confío en que sea así, porque nuestra historia y nuestro patrimonio común deben ser para nosotros una oportunidad de hacer realidad nuevos proyectos y de mirar de forma conjunta hacia el futuro.

Afortunadamente priman mucho más los campos de encuentro y de cooperación. Uno de ellos, especialmente acertado, es el Plan Románica, fruto del convenio entre el Gobierno de España y los Gobiernos de Aragón y Catalunya, que arrancó a finales del pasado año y que ha sido la experiencia pionera con la que en España se ha puesto en marcha la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural.

Instrumentalizado a través la Asociación para el Desarrollo de la Ribagorza Románica, integra a catorce municipios ribagorzanos de Aragón y Catalunya, y está dando muestras suficientes de su carácter emprendedor y su capacidad de innovación. Tiene como objetivo poner en valor los recursos naturales y culturales de su territorio. Son ejemplo de cómo la acción colectiva de los habitantes locales en sus comarcas supone un alto beneficio, y genera valor añadido. Nadie debería cercenar este empuje de la sociedad tan necesario. Es más, como en el caso de este Plan, somos los primeros responsables en crear las condiciones para que surja y alentarlo para que logre desarrollar sus magníficos objetivos.

Otro campo de cooperación  lo hemos desarrollado en materia educativa y lingüística. Aragón es una comunidad autónoma trilingüe en la que junto al castellano, lengua mayoritaria y oficial en todo su territorio, conviven otras dos lenguas en determinadas zonas, el aragonés y el catalán, con sus distintas modalidades.

El objetivo del Gobierno de Aragón es proteger este patrimonio lingüístico y para ello ha elaborado un anteproyecto de ley para la regulación del uso del aragonés y el catalán en los distintos ámbitos de la convivencia social y en el sistema educativo. En esta  ley, que aprobaremos esta legislatura, estableceremos los instrumentos esenciales para hacer efectivo el derecho de los ciudadanos a conocer y usar esas lenguas, fomentar su recuperación y desarrollo y garantizar su enseñanza.

En definitiva se pretende elaborar una norma que genere derechos, no obligaciones, para los hablantes y para las administraciones locales de las zonas de utilización histórica.

En el caso de la lengua catalana quiero recordar que lleva 25 años enseñándose  en las escuelas de las localidades aragonesas donde su uso es generalizado. Y para ello hemos contado con la cooperación inicial del Ministerio de Educación y Ciencia que en 1986 suscribió un Convenio con el Gobierno de Aragón sobre la enseñanza de la lengua catalana en las comarcas orientales de Aragón.

Y más recientemente, desde el año 2003, existe un acuerdo marco de colaboración entre Gobierno de Aragón y Generalitat de Catalunya para la promoción de la enseñanza de la lengua catalana  en el ámbito de la educación, de acuerdo con los lazos históricos, culturales y lingüísticos que nos unen.

En Aragón y en Catalunya estamos preocupados por utilizar nuestros recursos sanitarios en la forma más eficiente. Desde que Aragón recibió las competencias sanitarias, ambos gobiernos decidimos trabajar juntos en esta materia con el objetivo de garantizar el derecho a la protección de la salud de todos los ciudadanos, con independencia de su lugar de residencia o del lugar en que demanden las prestaciones de asistencia sanitaria.

Nuestras premisas han sido claras: facilitar la accesibilidad de la atención sanitaria de los pacientes de zonas limítrofes de ambas comunidades, asegurar la coordinación de los dispositivos sanitarios, compartir experiencias y conocimientos para consolidar y mejorar ambos servicios de salud, y promover la implicación conjunta de los profesionales sanitarios de ambas comunidades.

Así, hemos ido desarrollando una intensa colaboración en cuestiones tan importantes como la atención de urgencias, el transporte sanitario, la atención primaria o la atención especializada, además de un programa específico en el Pirineo. A todo ello, Aragón aporta un nuevo recurso con el Hospital de Fraga, que inauguramos la semana pasada y que va a contribuir a mejorar notablemente la atención sanitaria para numerosas localidades aragonesas y catalanas.

El capítulo de la colaboración entre las Administraciones también se extiende a otras áreas como los incendios forestales o las emergencias. Todas ellas son actuaciones que nos permiten desarrollar la aspiración de construir un espacio, en el que patrimonio cultural, los servicios a la ciudadanía, la cooperación entre administraciones, están al servicio del desarrollo económico y del progreso social. Están al servicio de las personas, vivan a un lado u otro de la frontera.

No tendría sentido que mientras estamos superando las fronteras interiores de la Unión Europea, aquí pusiéramos en marcha nuevas divisiones. Entrado el siglo XXI, en un mundo que funciona en red, buscamos el máximo rendimiento a nuestros territorios, a nuestras características y a nuestra situación estratégica.

Desde el Valle medio del Ebro estamos conectados a los más importantes centros de producción y consumo del nordeste de la Península Ibérica, enlazando el Cantábrico y la Meseta castellana con el Arco Mediterráneo. Somos también el nodo de articulación entre estos espacios y las regiones francesas atlántica, pirenaica y mediterránea. Esta centralidad se verá reforzada con la autovía entre Pamplona, Huesca y Lleida que se encuentra en avanzado estado de construcción.

Hoy, el territorio tiene un gran valor como recurso competitivo, sobre todo para comunidades como Aragón y Cataluña que presentan una estructura económica  similar a la de cualquier gran región europea avanzada.

Los servicios, con el turismo a la cabeza, son el sector más importante de la economía aragonesa con más de un 60 % del PIB y del empleo. Y nuestro potencial de crecimiento es todavía extraordinario.

Aragón es un importante referente en turismo de nieve y también en actividades de montaña. Contamos con cinco estaciones de esquí alpino en el Pirineo y dos en la sierra turolense; a las que se suman nueve pistas de esquí nórdico, ocho de ellas en el Pirineo. Aramón es la empresa que aglutina capital público y privado y agrupa a cinco de las siete  estaciones aragonesas de esquí alpino. Por lo tanto canaliza una buena parte de la oferta del sector. Es un sector estratégico, generador de una importante actividad económica y de un considerable número de empleos directos e indirectos.

El siguiente objetivo debe ser que las estaciones del Pirineo, catalanas, andorranas y aragonesas, seamos capaces de cooperar y de generar una imagen de marca de calidad y que nos convirtamos en la referencia en el mundo de los deportes y del turismo de invierno para el sur de Europa.

Queda mucho trabajo por hacer para reforzar la imagen del conjunto del Pirineo como destino turístico de primer orden en nieve, montaña, turismo rural y cultural. Todas estas actuaciones nos permitirán concordar la conservación de los valores de las zonas de montaña con el bienestar sostenible de sus habitantes. Porque sin una economía que genere trabajo para nuestros jóvenes, tampoco el mantenimiento de un medioambiente tan excepcional será posible.

Otra de las opciones de desarrollo del Gobierno de Aragón vinculadas al territorio es la logística. Es hoy un factor de competitividad determinante en la economía moderna. Porque sólo si somos capaces de distribuir los productos que fabricamos de manera eficiente en tiempo y coste, seremos competitivos en un mercado globalizado y exigente, en el que la distribución y el servicio al cliente marcan la diferencia.

En Aragón hace un tiempo que lo entendimos así y por ello pusimos en marcha una amplia red de centros interconectados de logística y transporte en Zaragoza (PLAZA), en Teruel (PLATEA), en Fraga (PLFRAGA) y en Huesca (PLHUS). Todos ellos, agrupados bajo la marca de Aragón Logística. La propia lógica y la estructura del sector logístico hacen que esta red no se agote aquí, sino que necesita de una continuidad. Necesita complementarse con otras redes vecinas con las que reforzarse mutuamente. Por ello, es una gran noticia el desarrollo del Polígono Torreblanca.

Más allá de cuestiones puntuales en la pugna por alguna empresa, esperamos que en poco tiempo comience a generar importantes sinergias con la Plataforma de Fraga. Porque ambos centros logísticos van a quedar situados en el centro de una malla que tiene nodos tan importantes como Barcelona, Tarragona/Reus, Valencia, Zaragoza, Huesca, Bilbao y Pamplona.

La solidez y la importancia económica de esta red es, además, la que hace imprescindible articular nuevos nudos de comunicación con el sur de Francia, en donde se sitúan núcleos de actividad tan relevantes como Burdeos o Toulouse. Y a este sistema en red, Aragón, que es el 10% de la superficie de España, ofrece ubicación, territorio e infraestructuras no saturadas.

Para ello el desarrollo, el diseño y la calidad de la red de transportes y comunicaciones es determinante. Una red compartida y beneficiosa para los objetivos comunes y también los particulares de ambas comunidades; porque nuestro interés no es competir sino cooperar y establecer sinergias.

Las infraestructuras de transporte y comunicaciones son esenciales para el desarrollo de los territorios y para facilitar la cooperación entre ellos. Aragón y Catalunya tienen intereses comunes para que se desarrollen esas infraestructuras que permiten la conexión de grandes áreas económicas: de una parte, el Cantábrico con el Mediterráneo; y de otra, la Península con Europa a través del Pirineo.

Acotando esas conexiones a las vinculadas directamente con esta provincia, destacaría el papel a desarrollar por la futura autovía Pamplona-Huesca-Lleida, el desdoblamiento de la N-II desde Zaragoza a Fraga y el eje de la N-230 Tortosa-Francia, en el tramo Lleida-Viella que transcurre de forma intermitente por tierras de Aragón y Cataluña. Son tres infraestructuras que vertebran ambos territorios de este a oeste y de norte a sur. Tres infraestructuras que nos sirven para cooperar y para favorecer el desarrollo socioeconómico de los territorios por los que discurren.

Otro tanto podemos decir de la conexión por ferrocarril de alta velocidad. La ventaja competitiva que le da a Zaragoza su equidistancia de Madrid y Barcelona, es comparable a la que le ofrece a Lleida su centralidad respecto a Zaragoza y Barcelona.

Pero el gran salto en materia de transporte y comunicaciones para ambas comunidades lo daremos cuando las mercancías puedan franquear el Pirineo Central por ferrocarril a través de un túnel de baja cota. Saben del proyecto de Travesía Central del Pirineo, uno de los treinta proyectos prioritarios de interés europeo. Su culminación contribuiría globalmente a un mejor funcionamiento del mercado interior europeo, con un medio de transporte de alta capacidad y sostenible medioambientalmente.

Territorialmente supondrá el espaldarazo a un corredor económico y logístico que surcará nuestros territorios y sus áreas de influencia, tanto de este a oeste como de norte a sur, y nos conectará con Europa. Será el cambio de registro, pasar de ser  referentes de desarrollo socioeconómico a escala nacional, a serlo a escala europea. Este es un proyecto que no sólo ha apoyado la Unión Europea, sino que hace más de 15 años apoyan las Comunidad Autónomas que forman parte de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, entre ellas Catalunya. Y que figura en el Plan Estratégico de Infraestructuras de Transporte de España.

Éstas han sido algunas pinceladas sobre las experiencias compartidas, y en ellas queremos  fundamentar las expectativas de cooperación entre nuestros territorios. Aragón y Cataluña compartimos una larga historia. Pero todos sabemos que la historia es interesante cuando hace del pasado un estímulo para vivir el presente y construir el futuro.

Nuestra apuesta es por la colaboración, especialmente en las zonas limítrofes, donde desarrollamos proyectos estratégicos para reforzar las comarcas del Bajo Cinca, de La Litera y de la Ribagorza. El objetivo es generar un espacio de desarrollo en el que no haya desequilibrios entre una y otra Comunidad.

Nuestro empeño es cooperar y colaborar  incluso, como ya hemos dicho, cuando algún conflicto como el de los bienes de las parroquias todavía no se ha podido resolver y seguimos reivindicando el cumplimiento de esas sentencias. En ningún caso vamos a dejar que un conflicto concreto bloquee o dificulte la voluntad de cooperación y colaboración de las gentes que viven a un lado y otro de la frontera. Porque el futuro se construye desde la pluralidad,  asegurando la convivencia pacífica de los ciudadanos y el progreso social y económico.

Estoy convencido de que una relación continuada entre Aragón y Cataluña nos llevará con toda seguridad a seguir descubriendo nuevas fuentes de intercambio, desarrollo y progreso.