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Jueves, 21 de noviembre de 2024

Nuevos avances en el trasplante corneal

La técnica DMEK, creada en Países Bajos, permite reemplazar sólo una capa de apenas unas micras de grosor en lugar de cambiar toda la córnea

La córnea es la ventana del ojo y debe ser transparente como un cristal. Cuando por cualquier enfermedad se altera esa transparencia de una forma considerable, el tratamiento más generalizado es el trasplante, es decir, sustituir completamente la enferma por otra sana procedente de un donante. La córnea es el tejido más trasplantado del mundo y los resultados de estas intervenciones son muy satisfactorios, pero los oftalmólogos trabajan en mejorar continuamente sus técnicas y resultados. En este sentido, en los últimos años se ha desarrollado la denominada cirugía lamelar de la córnea que, aunque es más complicada para los profesionales, permite trasplantar solo la capa afectada de la córnea manteniendo las sanas, lo que repercute en una recuperación visual más rápida del paciente.

Nuevos avances en el trasplante corneal

Nuevos avances en el trasplante corneal

El último avance de estas técnicas de cirugía lamelar ha sido el procedimiento llamado DMEK (Descemet Membrane Endothelial Keratoplasty), en el que solo es sustituida la membrana de Descemet y el endotelio corneal. El tejido trasplantado es tan fino que apenas tiene unas micras de grosor, pero es fundamental para mantener la córnea deshidratada y transparente. Los especialistas han iniciado la puesta en marcha de estos procedimientos, de mayor complejidad quirúrgica, porque aporta ventajas considerables al paciente: una recuperación visual rápida, menor incidencia de rechazo y disminución de complicaciones intra y postoperatorias. De momento se han operado a seis pacientes.

El servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Miguel Servet inició esta técnica de forma aislada en 2013 y ha ido manteniendo una curva de aprendizaje para su desarrollo, a cargo del departamento de Córnea, formado por los doctores Carlos Brito, Antonio Sánchez, Miriam Idoipe y Antonio Mateo. A este equipo se ha sumado, tras finalizar la residencia, la doctora María Satué, que durante 2014 se especializó en córnea en el Netherlands Institute for Innovative Ocular Surgery (NIIOS) en Róterdam (Países Bajos) de la mano del doctor Gerrit Melles, creador de la técnica DMEK. El entrenamiento de la doctora Satué ha permitido que las expectativas de esta cirugía sean muy prometedores. En esta línea de trabajo es esencial la colaboración del Banco de Tejidos de Aragón.

La doctora María Satué explica que “la DMEK es una técnica que aporta una rápida recuperación funcional (de 1 a 6 meses, frente a los 12 meses de los procedimientos tradicionales), unos resultados visuales óptimos con mínimas complicaciones asociadas (no emplea suturas y tiene una tasa de rechazo del injerto menor al 2% frente al 15% de otras cirugías de trasplante corneal”. Asimismo, se reducen los tiempos de recuperación posquirúrgica así como la medicación tras la intervención. “Todo ello, junto con los resultados visuales, permite al paciente realizar con normalidad las tareas de la vida diaria en un corto periodo de tiempo tras la intervención, reduciendo al máximo el impacto del trasplante de córnea en su calidad de vida”, añade.

La DMEK está especialmente indicada para los casos de distrofia endotelial de Fuchs, una enfermedad degenerativa de la córnea de origen genético que provoca la pérdida progresiva de la agudeza visual, así como dolor ocular en estadios avanzados.

En la distrofia endotelial de Fuchs se produce un engrosamiento de la membrana de Descemet (una de las capas internas de la córnea) con la formación de excrecencias y la pérdida de células del endotelio (la capa más interna de la córnea), las cuales son necesarias para el mantenimiento de la transparencia corneal. Con la técnica DMEK se logra reemplazar únicamente esas dos capas, respetando el resto de la córnea.

Esta enfermedad afecta a los dos ojos y es hereditaria, considerándose la distrofia corneal más frecuente, con una prevalencia en Europa aproximadamente del 4-9%. Los signos de la enfermedad pueden aparecer en la cuarta década de la vida, pero los síntomas visuales suelen aparecer de forma más tardía, en torno a los 50-60 años de edad. Actualmente, la distrofia de Fuchs se ha convertido en un problema importante debido a que la cirugía de catarata, la intervención ocular más frecuente en nuestra sociedad, produce un daño adicional en el endotelio corneal (la capa que ya se encuentra dañada en la distrofia de Fuchs), con la precipitación de los síntomas visuales en estos pacientes.